Silencio, Naturaleza y Creatividad

Mañanas tumbada sobre la hierba observando las nubes, escuchando el zumbido de las abejas y viendo sus patitas llenas de polen.

Atardeceres de inicio de otoño recogiendo moras, castañas, setas o endrinas escuchando el crujir de las hojas secas bajo los pies.

 
Noches tempranas de invierno, oscuras y algo húmedas escuchando el crepitar del fuego, sintiendo su calor y observando en silencio sus llamas.

«El silencio de la naturaleza favorece la creatividad. Un estudio realizado por Ruth Ann Atchley y David Strayer de la Universidad de Kansas, demostró los beneficios de una cura campestre cuando deseamos resolver problemas difíciles. En este estudio los participantes hicieron senderismo por la naturaleza durante unos cuatros días, y no estaban autorizados a usar tecnología. Mientras caminaban, se les pidió que efectuasen tareas que exigían creatividad y que hallasen soluciones a desafíos complejos. Los investigadores constataron entonces que los participantes inmersos en la naturaleza y sin ninguna distracción veían crecer su rendimiento en un cincuenta por cien en la resolución de problemas.» Michel Le Van Quyen, Cerebro y Silencio

¿Cómo se siente una persona creativa?

Ciudades, ruido, medios de transporte, prisa, estructura semanal, horario laboral y escolar, actividades de ocio compradas: cine, conciertos, restaurantes, cursos, formaciones, quedadas sociales, atender al desvalido. Sueño, cansancio y repetición, rutina, lo mismo, lo de siempre, una vez más… Apatía, me adormezco, me voy encerrando en mí misma. Digo que acepto la vida como es pero en realidad lo que estoy haciendo es resignarme. Soy una ignorante, no sé cómo salir de aquí. Siento la oscuridad de la falta de opción y cierta envidia de esas personas a las que llaman artistas y llevan una vida creativa. ¿Cómo será su vida? ¿Cómo se sentirán en su vida?

Cerebro flexible, potencial creativo.

 

Me baño en un río de agua helada que desciende cristalina de la montaña. Subo por una pendiente entre árboles añejos, mi corazón se acelera y mis sentidos despiertan. La VIDA me susurra, la inspiración me toma, mis anhelos profundos se ponen en primera línea, los veo, los siento, los oigo. Hay un fuego que comienza a arder en mi interior y me habla:

«Tienes el potencial creativo, eres una artista, puedes pintar tu vida porque la naturaleza te ha dotado de un cerebro. Un cerebro plástico, flexible, capaz de aprender y de olvidar. Tienes un cerebro creativo que puede imaginar, proyectar, inventar y crear. El milagro es que este cerebro se sostiene en un cuerpo. Un cuerpo con unos ojos que ven la belleza, con un corazón que siente la armonía, con manos y dedos que pueden modelar el mundo, con piernas y pies que te invitan al movimiento.»

¿Cómo salir de la rutina?

Decido usarlo. Lo voy a despertar de su letargo.
Voy a dar a mi cerebro lo que necesita para desarrollarse: Novedad y Silencio.
En realidad esto es lo que hago desde hace 17 años cuando voy al suelo a explorar una Clase de Feldenkrais. Me voy despertando. Curiosamente despierto en silencio, en el silencio que brinda el contexto de la clase. La atención orientada a la percepción de diferencias sutiles calma mi mente. Al ver diferencias descubro posibilidades. Al ver posibilidades empiezo a  jugar con ellas, a combinarlas, comienzo a imaginar y a crear. El contacto con el suelo y la fuerza de la gravedad me dicen que me puedo entregar, que voy a ser sostenida.

Despertar en el silencio, perder el miedo a caerme, desarrollar una confianza radical, descubrir posibilidades nuevas, jugar. Novedad y silencio. Mi cerebro ha despertado y no va a parar aquí. Vivir es estimulante, desafiante y sorprendente. Se me olvidó qué es la rutina. Descubrí, como dice Feldenkrais, que aprender es pasar de la oscuridad a la luz.

«Aprender, es pasar de la oscuridad a la luz. Aprender es crear. Es hacer nacer algo de nada. Algo que crece, que de repente se te hace evidente y se hace la luz.» 
Moshé Feldenkrais